El auge del populismo de derechas tiene una referencia para quienes desean reproducir su modelo más exitoso: Viktor Orbán. No hay partido de la fachasfera europea que no anhele importar a su sistema político el marco húngaro que, primero, le llevó al poder y, posteriormente, le ha permitido mantenerse en él. Una red de clientelismo convenientemente oculta detrás de unas capas de tradicionalismo cuyos valores harían sentirse orgulloso a un requeté. Las particularidades de este régimen nos llegan generalmente de manera inconexa a golpe de titulares, “noticias” de minuto y medio o, si hay suerte, algún artículo de fondo. Para quien desee profundizar un poco en la historia detrás de su método, Luis G. Prado ha escrito dos libros sobre el asunto: Vida en un clima iliberal y Crepúsculo en Budapest.
Prado es sobre todo conocido por su labor detrás de Bibliópolis, Alamut y otros sellos que en los últimos años articula a través de la librería Cyberdark. Atrás quedaron sus estudios en Derecho y unas oposiciones a la carrera diplomática que no salieron bien pero que, sin duda, están detrás de todo lo interesante que tiene Crepúsculo en Budapest. Sobre todo para quien desee conocer la idiosincrasia de un país y un personaje sin convertirse en especialista a base de meterse en vena textos más extensos y exhaustivos.