De librerías de segunda mano por Londres con £30 en el bolsillo (4)

El mundo del libro en Reino Unido es, a todos los niveles, muy distinto al que podemos conocer en España. Hablamos de un país donde no existe ley de precio fijo, las librerías independientes están en extinción, las editoriales anuncian novedades a bombo platillo a dos años vista y muchas de ellas tienen un tamaño medio que permite emplear a unas cuantas personas en la producción de nuestro adorado artículo.

En el ámbito cultural y social es muy interesante ver cómo la población inglesa compra, lee y recicla los libros. No voy a entrar tanto en las dos primeras dado que terminaría enrollándome mucho más de lo que debiera. Es en la parte de “reciclar” donde me voy a detener. Y lo voy a hacer gracias a las tiendas de segunda mano y las charities, esas tiendas de Oxfam, Cruz Roja u ONG similares que pueblan las principales calles comerciales del país y que cumplen una labor social imprescindible.

Cuando me mudé a Reino Unido hace unos años, mi mentalidad de ciudad pequeña española me hacía algo reacio a entrar en estas tiendas. La idea de comprar ropa y zapatos de segunda mano no me resultaba apetecible. Sin embargo, en el mundo del libro la cosa es diferente. Buena parte de la población británica aporta, de manera regular u ocasional, directa o indirecta, dinero u objetos a las ONGs. Esto hace que el catálogo de libros en estas tiendas sea sumamente interesante. Es muy habitual que una vez leídos acaben donados a estas tiendas como manera de aportar a casusas benéficas. Por tanto, es normal encontrar historias publicadas apenas unos meses antes en ediciones leídas una sola vez y por apenas dos o tres libras. Todos los libros que listaré a continuación se pueden encontrar por menos de cinco libras cada uno, con lo que la hipotética suma total no superaría los treinta o treinta y cinco euros al cambio actual.

A falta de que la nueva biografía del príncipe Enrique inunde las estanterías de estas tiendas en pocas semanas, y siempre teniendo en cuenta el gran tirón del thriller en este tipo de lecturas “palomiteras”, siempre queda un reducto en ellas para la fantasía y la ciencia ficción.

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The Question Mark, de Muriel Jaeger

The Question MarkUno de los debates más interesantes leyendo la contraportada de esta edición de The Question Mark surge en la insistente línea difusa existente entre distopía y utopía. En apenas cinco líneas es capaz de pasar de definirnos este libro como una utopía a denominarlo un libro fundacional de la distopía. Y, de paso, incluir el añadido de que se trata de un “fantástico trabajo de ciencia ficción literaria”, que lo “literario” siempre asusta un poco menos al lector incauto. En cualquier caso, y sin entrar al debate, todos tenemos clara la diferencia entre ambas, pero supongo que desde un punto de vista comercial sigue siendo más sencillo referirse a los habituales George Orwell o Aldous Huxley que a una obra H.G. Wells, por poner un ejemplo y sin tener en cuenta cualquier utopía clásica del siglo XIX.

Si me permitís la anécdota os voy a contar cómo dos hechos aparentemente separados terminaron por provocar que esta novela de Muriel Jaeger cayera en mis manos. Por un lado, desde hace cinco años se está llevando a cabo una colecta para encargar una estatua a tamaño real de Virginia Woolf para colocarla en algunas de las zonas por las que la escritora paseó cuando vivió en la zona de Richmond, Londres, en el momento de escribir estas líneas mi lugar de residencia. Durante ese tiempo, de 1914 a 1924, Woolf fundó junto a su marido Leonard la editorial Hogarth Press, en honor al nombre del edificio en el que vivieron en esta localidad ahora integrada en la gran urbe londinense.

Por otro lado, en un reciente viaje a Bristol me encontré con una de las múltiples librerías de segunda mano que por suerte resisten en el difícil ecosistema económico actual. Todos los libros de la tienda, ya fueran de tapa blanda o dura, antiguos o bastante recientes, valían £3. En la sección de fantasía y ciencia ficción se encontraba una pequeña selección de los libros que la British Library ha publicado este último lustro. En esa línea han ido recuperando viejas antologías y novelas, además de creando sus propias selecciones. Mirando unos y otros terminé llevándome The Question Mark porque, además de ser un libro de los géneros que nos ocupan y nos gustan, incluye en su primera página la carta de aceptación de la novela por parte de Leonard Woolf, el marido de Virginia, y que Jaeger terminaría por aceptar, siendo la novela publicada en la mencionada Hogarth Press a mediados de los años veinte del siglo XX.

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