Comenzó como un cuento de hadas. Hace un par de años Patrick Rothfuss era un tipo sin grandes ambiciones, que alternaba varios trabajos en la Universidad y en su comunidad para ir ganándose la vida lo mejor que podía. Pero resulta que en sus ratos libres escribía una historia de fantasía con la esperanza de que algún día pudiera ver la luz. Un día su libro cayó en manos de un avispado editor que en poco tiempo la convirtió en una de las novelas revelación en el género del 2007. Bueno, en realidad sólo se vio publicada una parte de la obra, porque durante los nueve años que duró su escritura consiguió sacar material para tres voluminosas novelas. El planteamiento no es el de una trilogía al uso sino, más bien, el de una historia muy larga que debe ser dividida para que la edición sea manejable.
¿Y qué es lo que ha hecho Patrick para levantar tanto revuelo en el género? Algo similar a lo que ocurrió el año anterior con Scott Lynch, otro joven autor de repentino éxito: nacer una novela de género divertida y fresca sin reinventar la rueda pero alejándose de los lugares comunes. Porque en The Name Of The Wind encontraremos casi todos los tópicos de la fantasía épica como un protagonista imberbe al que se le da todo increíblemente bien excepto las chicas, una escuela de magia para jovencitos o una raza maligna y misteriosa. Sin embargo el enfoque realista con el que se introducen estos elementos hace que la historia diste mucho de ser tópica.