En ese vaivén lento pero incesante del mercado de la ciencia ficción, el terror y la fantasía, el fiel lleva años apuntado hacia esta última. Tras unos años en los cuales era fácil conseguir las novedades de ciencia ficción creadas por los escritores más afamados del Reino Unido y Estados Unidos, ahora mismo existen multitud de títulos y autores que acumulan polvo sobre sus textos y figuras. Mientras, en el campo de la fantasía van traduciéndose obras y escritores a buen ritmo, en algunos casos con varias editoriales contribuyendo a su conocimiento. Tal es el caso de Angela Slatter. Este mes Minotauro publicará El rumor de los huesos y, obra breve a un lado, ya cuenta con otras dos traducciones: Masa madre, en Dilatando Mentes, y este De conjuros y otras penas, en Duermevela. Ambos libros comparten el mismo lugar narrativo; un mundo de fantasía mimético de la Europa de la modernidad sostenido sobre los cimientos de los cuentos clásicos, debidamente transformados.
Porque no hay un nada nuevo en la materia prima de esta novela corta de unas 40000 palabras. Las mujeres que disponen de poderes son perseguidas y muertas con saña en cuanto son descubiertas. En algunos casos, su sabiduría es tolerada cuando ayudan a sus vecinos, siempre que no haya evidencia de cualidades sobrenaturales. Dicha servidumbre convierte a la protagonista, Paciencia Giddeon, en una persona respetada en el Prado de Edda. Una situación destinada a cambiar al presentarse en el umbral de su casa una mujer mutilada. Esta situación se realimenta con las dinámicas del pueblo, internas y externas. Además de con esta mujer y el motivo por el cual terminó de esta manera, las primeras quedan representadas por su hija adolescente, con una manera de estar en el mundo mucho menos prudente. Las segundas se sustancian tras la llegada al pueblo de un antiguo conocido que introduce el riesgo de ser expuesta ante sus paisanos.