El hombre divergente es una colección de diez relatos obra de Marc R. Soto, mezclando inéditos y ya publicados. Son once, en realidad, si contamos la narración que los relaciona en forma de fix-up. La mayoría de ellos se podrían encuadrar dentro de los géneros de terror o de exploración psicológica del crimen. El autor es una de las nuevas figuras a seguir en lo que se refiere al relato corto de género fantástico, como atestigua la respetable cantidad de narraciones que ha conseguido colocar como ganadoras o finalistas de algún premio literario.
Elia Barceló, autora del prólogo, compara al autor con Stephen King. He de decir que siento un enorme respeto por la habilidad como contador de cuentos de King, a pesar de las críticas negativas que cosecha, a veces justificadas por los altibajos de calidad en su demasiado abultada producción y a veces motivadas simplemente por su popularidad. Por ese motivo acojo con total escepticismo cualquier comparación con él. Hay muchos que quisieran escribir como King –al menos cuando está en forma– y casi ninguno que lo consiga. No obstante, he de admitir que tras leer los relatos he llegado a comprender y compartir lo que dice Elia Barceló. King tiene una marcada habilidad para crear personajes cercanos al lector, que parecen verosímiles, que tienen preocupaciones y reacciones con las que podemos identificarnos. Ello motiva que realmente nos importe lo que sucede a sus protagonistas, con lo cual una historia de terror ya tiene mucho ganado, pues será fácil que nos involucremos en la misma. Algo de eso tiene también Soto. Sus personajes, por mucho que sean españoles en vez de naturales de Maine, parecen igualmente reales; es muy fácil para el lector identificarse con ellos y preocuparse por su suerte.