Un año después del primer Terra Nova nos llegó el segundo volumen, con un claro salto cuantitativo: más páginas, más autores, más traducciones. La principal artífice de este impulso es la nueva editorial bajo la cual se publica: el nuevo sello del conglomerado Penguin Random House Mondadori (¿me olvido de alguien?), Fantascy, que ha apostado por la antología seleccionada por Mariano Villarreal y Luis Pestarini como uno de sus buques insignias. La consecuencia más evidente se puede observar en la edición en papel de la nueva entrega: ha multiplicado su visibilidad varios órdenes de magnitud. Además, respetando el precio anterior, la edición electrónica está por debajo de los 4 euros; un acicate para cualquier lector con ganas de acercarse a la ciencia ficción más actual en formato breve.
Cualitativamente, sin haber leído al completo el primer volumen, me atrevo a decir que también hay una ligera mejora. Echo en falta historias de entidad equiparable a “El zoo de papel” de Ken Liu o “El ciclo de vida de los objetos de software”, pero el nivel medio está más cohesionado. Ayuda que más de la mitad de los once relatos sean extranjeros, además de la relativa “trampa” hecha con el material escrito en nuestro idioma; cuatro de las cinco piezas habían sido publicadas con anterioridad.