Es en las distancias cortas donde la fragancia de un hombre se la juega. Así rezaba el eslogan publicitario de una famosa colonia masculina, un lema perfectamente aplicable a una colección de relatos. Un escritor puede tener cierto éxito con sus cuentos si son un poco originales y tienen un estilo propio característico, dentro de una revista o una antología de varios autores. Pero es en una colección donde se verá si sus relatos son sólidos, tiene una variedad de registros e, incluso, si su «voz» es realmente propia o es tan sólo una pose; si repite esquema, tono y artificios literarios una y otra vez, se pondrá rápidamente de manifiesto.
En la literatura fantástica actual hay pocos escritores como Ted Chiang o Zoran Zivkovic que rayen a gran altura. En el caso que nos ocupa, viendo el palmarés de premios que tienen sus relatos, podríamos intuir que Mike Resnick también estaría entre ellos. Cuando el lector se sumerja en esta antología verá que su intuición era correcta; pese a que algunos de ellos son más bien discretos la mayoría resultan notables y unos pocos realmente extraordinarios. Lo primero que llama la atención es la versatilidad temática y la gran facilidad que demuestra Resnick a la hora de mezclar géneros literarios. Pero, sobre todo, sus cuentos son una disección de las relaciones humanas y una reivindicación de otra forma de vida distinta a la occidental.