Voy a ser bruto, estúpido y sincero; de un tiempo a esta parte los tebeos se han vuelto un rollo. Sí, sí, se han conseguido grandes logros gracias a la normalización, se ha ampliando el público lector, existe una mayor presencia de la historieta en los ámbitos culturales serios (los periódicos, la FNAC)… En definitiva, se ha conseguido la respetabilidad o se está en vias de. Cosa que está muy bien, pero, aparte del reconocimiento del medio por parte de la cultura oficial, el (imagino) aumento de las ventas, que la oferta temática y estética se haya ampliado, que (algunos) autores por fin puedan ver un hilillo de luz al final del túnel y ganarse medianamente la vida; ¿qué han hecho los romanos por nosotros? Porque mi problema, lo reconozco, es que me cuesta encontrar tebeos que, como dijo aquel cascarrabias, me gusten a MÍ
Verán, a mí me gustan los tebeos porque vienen a ser los bufones de la corte de las Artes (© Bruce Sterling), se les están permitidas cosas que en otros medios ni se les pasaría por la cabeza hacer, donde te puedes sacar la chorra sin que a nadie le importe, porque, en el fondo, a nadie le importa. Pensemos en el único género realmente propio que el tebeo ha aportado a la cultura (popular); los superhéroes. Está todo dicho, ¿verdad? Ni al cine, ni a la literatura se le hubiese ocurrido semejante majadería y si se les hubiese ocurrido, la habrían encerrado en un desván, hubieran tirado la llave y le habrían alimentado a base de cabezas de pescado podrido. En resumiendo, que a mí me gustan los tebeos porque están muy locos.