Touré vive en el Barrio San Francisco de Bilbao. Inmigrante de Burkina Faso, intenta ganarse el pan como vidente y mago. Sin embargo tiene más éxito con los pequeños encargos de sus clientes y amigos, mayormente dentro de la ley. Una mujer, Charo, lo contrata para que siga a su marido y a su cuadrilla mientras se van de putas por la zona de alterne del bocho. Inician una relación sexual a cambio de la cual Touré recibe un dinerito y, gracias a la poderosa voz que gasta, lo coloca en un coro. Simultáneamente conoce a Cristina, una prostituta recién llegada al San Francisco.
Éste es más o menos el punto de arranque de 19 cámaras, la primera novela de una serie protagonizada por Touré. Arretxe se viste de su voz para observar desde la perspectiva de un inmigrante los recovecos más lóbregos de nuestra sociedad. De ahí lo interesante del vínculo con las dos mujeres, con puntos de partida similares y desarrollos opuestos que ayudan a establecer el tono humano de la historia. De ser un medio para sus fines, contrapone la explotación de la primera frente a la amistad desinteresada de la segunda.