Una de las novelas de cf más interesantes –e inesperadas– de entre lo publicado en lo que va de siglo XXI fue, sin duda, Los tejedores de cabellos, primera obra del alemán Andreas Eschbach, talento descubierto gracias al empeño de Bibliópolis en ofrecernos lo mejor del fantástico europeo no anglosajón. Se trataba de una recopilación de cuentos hilados por una temática común que ofrecía –basándose en el tradicional concepto de Imperio Galáctico– un excelente análisis sobre el poder, quién lo ostenta, lo padece y los mecanismos que lo perpetúan. Así que con este prometedor antecedente esperaba como agua de mayo la nueva obra de Eschbach que Bibliópolis guardaba en cartera, este El vídeo Jesús.
Los trabajos de una excavación arqueológica en los alrededores de Jerusalén sacan a la luz los restos de un ser humano enterrado junto al libro de instrucciones de una cámara de vídeo que aún no ha salido al mercado. Cuando ambos hallazgos son datados como procedentes del siglo I, da comienzo la frenética búsqueda de la hipotética cámara de vídeo que podría guardar en sus tripas digitales una actuación del mismísimo Jesucristo en persona. Grabación gracias a la cual se podría despejar de una vez por todas la cuestión de la existencia histórica del Mesías.