El rumor de los huesos, de Angela Slatter

El rumor de los huesosLos lazos entre lo gótico y la fantasía oscura se han intensificado de un tiempo a esta parte. Lo atestigua el revival de las historias con un trasfondo de tradiciones familiares sacadas a la luz, sostenidas sobre algunos iconos fundamentales: la mansión, el legado en decadencia, la opresión de las generaciones más jóvenes… En C se pueden encontrar reseñas de Gótico, de Silvia Moreno-García; los relatos de Nadia Bulkin; la space opera alocada de Gideon la Novena… Angela Slatter da fe del arraigo y relevancia de estas historias en El rumor de los huesos.

La novela no acontece en nuestro mundo. Slatter traslada la acción a su escenario de fantasía predilecto, el lugar narrativo de sus otros libros traducidos en España: la novela corta De conjuros y otras penas y la colección de relatos Masa madre. De lectura independiente, estas historias suceden en un trasunto de la Europa entre los siglos XVII y XIX donde el mundo mágico coexiste con la realidad a la manera en la que se concebía desde la premodernidad: las criaturas sobrenaturales acechan en los márgenes de lo civilizado (los caminos, los bosques, el mar, los ríos, la noche) y el uso de la magia/ritos se tolera a pequeña escala. Sin embargo, si esa acción llega al orbe público, las instituciones del patriarcado (monarquía, iglesia) actúan con virulencia.

El rumor de los huesos fija su argumento sobre el crepúsculo de los O’Malley. Su fortuna se fraguó hace siglos tras un pacto fáustico para proteger los barcos de la familia. Generación tras generación, los O’Malley hicieron honor a ese acuerdo hasta que se torciera en años recientes. En ese giro fue decisiva la muerte de los padres de la protagonista, Miren, única heredera y residente en su mansión Edén del Trasgo. La situación precolapso de la familia se observa en el estado precario de esta propiedad, las dificultades de los campos de cultivo aledaños, la disminución del servicio, las deudas crecientes… Un curso a todas luces terminal que lleva a Aoife, la abuela de Miren, a prometerla con un primo; un matrimonio de convivencia maquinado para reverdecer las cuentas y recuperar la bonanza de tiempos pretéritos. Miren, sobra decirlo, piensa de manera muy diferente a Aoife.

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De conjuros y otras penas, de Angela Slatter

De conjuros y otras penasEn ese vaivén lento pero incesante del mercado de la ciencia ficción, el terror y la fantasía, el fiel lleva años apuntado hacia esta última. Tras unos años en los cuales era fácil conseguir las novedades de ciencia ficción creadas por los escritores más afamados del Reino Unido y Estados Unidos, ahora mismo existen multitud de títulos y autores que acumulan polvo sobre sus textos y figuras. Mientras, en el campo de la fantasía van traduciéndose obras y escritores a buen ritmo, en algunos casos con varias editoriales contribuyendo a su conocimiento. Tal es el caso de Angela Slatter. Este mes Minotauro publicará El rumor de los huesos y, obra breve a un lado, ya cuenta con otras dos traducciones: Masa madre, en Dilatando Mentes, y este De conjuros y otras penas, en Duermevela. Ambos libros comparten el mismo lugar narrativo; un mundo de fantasía mimético de la Europa de la modernidad sostenido sobre los cimientos de los cuentos clásicos, debidamente transformados.

Porque no hay un nada nuevo en la materia prima de esta novela corta de unas 40000 palabras. Las mujeres que disponen de poderes son perseguidas y muertas con saña en cuanto son descubiertas. En algunos casos, su sabiduría es tolerada cuando ayudan a sus vecinos, siempre que no haya evidencia de cualidades sobrenaturales. Dicha servidumbre convierte a la protagonista, Paciencia Giddeon, en una persona respetada en el Prado de Edda. Una situación destinada a cambiar al presentarse en el umbral de su casa una mujer mutilada. Esta situación se realimenta con las dinámicas del pueblo, internas y externas. Además de con esta mujer y el motivo por el cual terminó de esta manera, las primeras quedan representadas por su hija adolescente, con una manera de estar en el mundo mucho menos prudente. Las segundas se sustancian tras la llegada al pueblo de un antiguo conocido que introduce el riesgo de ser expuesta ante sus paisanos.

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