Dead Water, de Simon Ings

Dead Water

Dead Water

En 1928 el dirigible Italia, en ruta hacia el Polo Norte, se estrella en el desierto ártico. Entre sus tripulantes se encuentra el joven científico Lothar Eling.  Antes de embarcarse en esa aventura, Lothar se había topado con un fenómeno que, posteriormente, revolucionaría el campo de la física: a base de aguadillas en aguas noruegas descubrió que en el medio marino las capas de agua se superponen según las diferencias de densidad y temperatura (por ejemplo una capa de agua dulce “flotaría” sobre otra de agua salada sin mezclarse), cuya fricción genera el oleaje. Y cuando la hélice de un navío intenta propulsarse mientras permanece sumergida entre fluidos de distinta densidad, dicho navío apenas puede desplazarse, o lo hace a una mínima fracción de su velocidad normal, un fenómeno conocido como agua muerta.

Eric Moyse, un magnate que ha hecho fortuna con la caza de ballenas, encabeza una expedición para rescatar el dirigible y acaba encontrando el libro de notas de Eling, donde éste había anotado y desarrollado teóricamente su descubrimiento. Gracias a dicho libro de notas, el profesor Jakob Dunjfeld, maestro de Lothar Eling, enuncia posteriormente el teorema de circulación de Dunjfeld que, sumado a una revelación crucial durante un bombardeo en Londres en la II Guerra Mundial, permitirá a Eric levantar un imperio de transporte de mercancías por mar, inventando el sistema de contenedores en continua circulación por las rutas marítimas.

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