El doctor Hoffman y las infernales máquinas del deseo, de Angela Carter

En marzo de 1969 la novela de Angela Carter, Varias percepciones, recibió el Premio Somerset Maugham dotado con quinientas libras. El premio venía asociado a una condición establecida por el propio Maugham, el ganador debía invertir dicha cantidad en un viaje por el extranjero. Angela decidió, de acuerdo con su marido, Paul Carter, recorrer juntos los Estados Unidos dado el interés de ambos en la música folk, aunque por entonces su relación se encontraba ya muy deteriorada. El resto del dinero ella lo emplearía en una estancia en Tokyo. Una elección en un principio extraña, en aquellos años Japón carecía del poder blando que ostentaría posteriormente, todavía se le consideraba un país atrasado y retrógrado, culpable de crímenes de guerra cometidos en China, Corea, Filipinas y otras partes del sudeste asiático durante la Segunda Guerra Mundial. Se desconoce exactamente la razón por la que Angela escogió este destino que transformaría su obra y su vida; el resultado de una apuesta, que deseaba alejarse todo lo posible de la cultura judeo-cristiana, su fascinación por el cine japonés o una mezcla de todo lo anterior.

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