Esto de acumular libros como si fueras una hormiga psicópata, almacenando al año en La Pila tres veces más de los que puedes leer en uno, causa que leas cuatro años después de haberla adquirido una obra en la que tenías mucho mucho mucho interés. Me seducía la idea de acercarme a la novela en la que se basó una de mis películas favoritas, no sé si inédita en España o mucho tiempo fuera del mercado. Pero los caminos de La Pila son inescrutables.
Suena un poco estúpido contar lo siguiente sobre El buscavidas, cuya adaptación pasa por ser una de las películas más conocidas de Paul Newman. Pero debido al alarmante déficit de clásicos que pasan por la televisión española, especialmente en comparación con los que conocimos la época anterior a la llegada de las privadas, no viene mal recordarlo. Estamos ante una historia de crecimiento personal en el mundo del billar. Un ¿deporte? que en la cultura popular estadounidense no ha sido tan explotado como el football, el baseball o el boxeo, y que, como este último, permite un tipo de historia en la base del sueño americano: el hombre hecho a sí mismo que experimenta el rito de paso que pule sus últimas aristas gracias a la intercesión de un guía espiritual.