Aquí va otra reseña repescada de mi viejo blog (y las que quedan). Lo siento, cuando me quedé en paro sentía que se abrían ante mi horas interminables de ocio que emplearía en realizarme como persona a costa de sus impuestos, pero en realidad estoy más liado que cuando trabajaba, que coño, que aquello era trabajar y punto, ahora entre recorrer desolados polígonos industriales leoneses ofreciendo mi fuerza de trabajo, refrescar los portales de empleo cada cinco minutos, hacer los baños y delinquir impunemente por internet, no es que no tenga tiempo para escribir, es que no tengo tiempo ni para leer. Así que toca una antigua reseña sobre Maison Ikkoku, un tebeo que les hará ser mejores personas. O parafraseando a una antigua amiga mía cuando hablaba de los Housemartins, “si te gusta Maison Ikkoku no puedes ser mala persona”.
Maison Ikkoku, de Rumiko Takahashi
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