Sobre algunos personajes de Dragon Ball

Dramatis Personae

…los personajes se desarrollan más que se despliegan, y se desarrollan porque se conciben de nuevo a sí mismos.

Harold Bloom sobre Shakespeare

Me doy cuenta que nunca he salido de esa frase, de la más significativa de los títulos de crédito finales de Bola de Drac (citaré en catalán porque es así como la vi, pero traduciré para aclarar): ‘vull viure d’aventures, i vull viure-les amb tu’. Es decir: quiero vivir aventuras, y quiero vivirlas contigo. Creo que esa frase condensa el punto de partida de la serie, una de las claves emocionales que dan pie a todo el despliegue narrativo posterior, a todo ese panteón de talentos para la lucha que tanto resuena y ha resonado en las generaciones adolescentes del mundo. Porque sí, claro, Bola de Drac es las luchas y los entrenamientos, los peligros y las heroicidades, pero la base de todo eso, el primer impulso que incoa la serie, son las puras ganas de vivir de algunos personajes. Akira Toriyama, creador de la serie que nos dio una mitología contemporánea, fue el primer nombre japonés en llegar a nuestros oídos (a los que nacimos en algún punto de los 80), y lo hizo con toda una lección de vida. Tanto por el modus vivendi que rezuma la serie como por la hondura de sus personajes.

Y el primer personaje que siente esa necesidad, esa salvaje necesidad de vivir y notar los vaivenes de la vida, todos sus zarandeos, es Bulma. La legendaria Bulma. Ella, joven heredera de un imperio tecnológico y científico como es la Capsule Corporation, que podría, por tanto, haberse quedado en casa, salió sin embargo un día a buscar las bolas de dragón. Bulma es un genio científico, pero también es alguien que se atrevió a rechazar las comodidades heredadas y juntarse con seres extraños e inconcebiblemente fuertes (y agresivos) para vivir una vida no tutelada. Se apartó de lo que se esperaba de ella. Siempre lo he pensado: si alguien entrevistara a Bulma ya de mayor, ¡la de cosas que podría contar! Ella, que jamás luchó ni pretendió hacerlo, tuvo sus romances (con Yamcha), viajó por el espacio, se enamoró de Vegeta (a quien supo entender y con quien tuvo paciencia porque era difícil), tuvieron a Trunks y siguió siempre su camino de inventora en el reino de la ciencia y la tecnología. Y siempre mantuvo su espíritu de aventura, su necesidad de conocer, de querer vivir aventuras y vivirlas contigo (siendo ese ‘contigo’ un grupo de amigos, o nadie en particular). Su valentía es superior a la de los demás personajes de la serie. ¿Cómo dices? Sí, porque se enfrentó con su cerebro a las hostilidades del universo y fue tan decisiva como quienes sí pudieron luchar. Su radar localizador le permitió conocer a Goku y de ahí las bolas de dragón. Más adelante inventó la máquina del tiempo. De ahí, el resto. Un resto que empieza con ella, de joven, saliendo de casa un buen día por la mañana en busca de las bolas de dragón. Con sus ganas de vivir aventuras.

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