Un planeta inhóspito y comunicado con la Tierra mediante naves espaciales que necesitan cientos de años para llegar hasta él. Una biosfera semidesértica donde el agua es un bien escaso y cuyo acceso está limitado por la Autoridad Colonial. Unos colonos abandonados a la amenaza de tormentas de arena, criaturas salvajes y bandas de forajidos que acostumbran a matarlos tras una tortura atroz. Unas ciudades que más parecen poblados de Arizona de finales del siglo XIX donde las reyertas aguardan a la vuelta de la esquina.
Como queda claro desde su primer capítulo, Perros del desierto es una historia de frontera que aúna componentes derivados del western, la ciencia ficción, el thriller e, incluso, leves gotas de terror. Una novela breve escrita a la mayor gloria de la literatura pulp o, por qué no, los bolsilibros de nuestros años 60 y 70 que mantiene algunas de sus cualidades más populares a la vez que lima varias de sus carencias.
Estructurada en ocho capítulos de entre 10 y 15 páginas, su argumento narra el viaje al interior del desierto de un oficial del cuerpo de seguridad de la colonia junto a una ecóloga con el objeto de recuperar información de unas estaciones diseminadas por el planeta, en desuso desde hace decenas de años. Su llegada coincide con un recrudecimiento de las incursiones de los alucineros, forajidos que malviven asaltando las pequeñas granjas en las que los colonos luchan por subsistir y que se han reunido alrededor de una figura cuasi fantasmagórica aparecida durante los últimos meses.
Francisco Serrano ha acertado de pleno con el tono de Perros del desierto. Todo se fía al ritmo de la narración y se prescinde de cualquier elemento que pueda suponer una rémora. Aunque hay alguna descripción informativa sobre algún pequeño detalle del que desea arrojar luz, nada desvía la atención de una narración centrada en relatar las complicaciones y los peligros que se encuentran a su paso donde destacan unos diálogos sin acotar bastante fluidos. Un relato agreste que funciona sobre todo como elogio y elegía de las historias de frontera.
Quizás se echa en falta más mordiente en varias conversaciones y un poco más de verosimilitud en ciertos aspectos del escenario o de la trama. Pero da un poco lo mismo si se decide entrar en el juego que plantea: el bolsilibro adaptado a los gustos de los lectores posmodernos de comienzos del siglo XXI.
Perros del desierto (Alegoría, Colección Memento Mori nº1, 2013)
Rústica. 124pp. 5,95 €
Ficha en La tercera fundación