En el libro de la noche nuestras páginas están en blanco.
Con esta evocación onírica, atribuida al pensador chino Chuan Tzu, José Maria Merino nos invita a la lectura de este libro.
Cuentos del libro de la noche son 85 pequeños cuentos de una extensión que va desde un mero párrafo a tres páginas. En este espacio tan breve Merino logra maravillarnos, asustarnos, sorprendernos, hacernos reír o preñar nuestro corazón de nostalgia. Estamos ante un libro que no puede dejar indiferente: busca tocar la fibra sensible del lector… y lo consigue.
Naturalmente, como en todas las antologías, tiene altibajos, historias mejores y menos buenas –¡¡Ojo, menos buenas!! Pero únicamente por comparación con las demás–, dado que la inspiración de Merino se halla en su personal libro de la noche, en sus sueños y ensoñaciones de duermevela. A veces la lógica y la razón son sustituidos por una crudeza primigenia que escapa de la razón apelando a nuestros miedos y anhelos más profundos, y nos hace esbozar una sonrisa o reprimir un escalofrío sin que seamos del todo conscientes del porqué.
De todas formas, la calidad media es excepcional, y sólo un par de historias se quedan únicamente en la belleza formal y en la sugerencia de una emoción o de un recuerdo desconocido. También nos encontramos con joyas como “Portazgo”, “Los días robados”, o “Los signos olvidados”, que nos trasladan a un territorio propio de las pesadillas.
Cuentos del libro de la noche es una recopilación muy hermosa, pero a la vez un libro que se clava en el lector. Como las rosas, combina el placer con el dolor.