Red Seas Under Red Skies, de Scott Lynch

Red Seas Under Red Skies

Red Seas Under Red Skies

Scott Lynch irrumpió con fuerza en el año pasado en el panorama fantástico internacional con su primera novela Las mentiras de Locke Lamora; principalmente el boca a boca y los comentarios en páginas y foros de Internet hicieron al autor tremendamente popular entre el fandom anglosajón. Tanta fue su popularidad que la Warner compró los derechos al poco tiempo de salir para su adaptación cinematográfica. Además ha sido recientemente nominada para los premiso World Fantasy en su edición de 2007. Llegó a ser tal su éxito que incluso en España apareció de la mano de Alianza Editorial, con apenas ocho meses de diferencia con la edición anglosajona, algo que sólo autores de éxito seguro como Dan Brown o J. K. Rowling consiguen. Red Seas Under Red Skies es la continuación directa de esta primera historia.

El argumento se inicia dos años después de los sucesos de Las mentiras de Locke Lamora, exactamente de la misma forma que lo hacía en esa novela, con Jean Tannen y Locke tratando de organizar un robo por todo lo alto, esta vez en el casa de apuestas más importante de Tal Verrar. También la estructura de la narración es similar; largos capítulos estructurados en dos bloques: el primero relata las aventuras en el presente de Locke y Tannen y el segundo trata de rellenar mediante flashbacks el hueco de dos años que separan a los protagonistas de sus aventuras en la ciudad de Camorr. Sin embargo mientras en la anterior novela estas secuencias, aunque necesarias para desarrollar la personalidad de los personajes, a veces rompían el ritmo de la trama principal descompensando en cierta manera la historia, en esta segunda entrega estas escenas de reminiscencia casan mejor con la trama central, sobre todo porque en ese lapso de dos años se nos narran elementos indispensables para entender la línea argumental central.

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Una princesa de Roumania, de Paul Park

Una princesa de Roumania

Una princesa de Roumania

Paul Park ha escrito en Una princesa de Roumania una novela fantástica de corte clásico, en el sentido que en algún momento nos vamos a encontrar con cada uno de los elementos utilizados en este tipo de obras. En los primeros capítulos se nos presenta a la protagonista, Miranda Popescu, una jovencita que lleva una vida normal en un pueblecillo de Massachussets. Sustituye el granjero de la campiña inglesa por una quinceañera en la época actual y ya tenemos el primer elemento clásico. Además Miranda es huérfana y se siente como si debiese aspirar a más, como si le esperase un destino distinto. Resulta que es una princesa de Roumania, oculta mediante artes mágicas en un mundo inventado –nuestro mundo real– y destinada a salvar su país de una fuerza opresora. Todos los elementos comunes a este tipo de obras aparecen en algún momento a lo largo de la trama: el elegido, los compañeros, la búsqueda, el mentor y el objeto de poder.

Lo que hace diferente Una princesa de Roumania de otras novelas similares es, por un lado, el tratamiento y evolución de los personajes, y, por otro, la estructura interna utilizada para hacer avanzar la trama. Paul Park desarrolla muy bien la personalidad de los personajes, especialmente la de los dos protagonistas: Miranda Popescu y la baronesa Nicola Causescu. Miranda se nos muestra como la adolescente típica: soñadora, introvertida, que siente envidia y al mismo tiempo admiración por su amiga Andrómeda, la habitual chica popular de instituto. Esta personalidad se irá desarrollando sobre todo cuando comience la etapa de búsqueda y vaya adaptándose cada vez más a su papel de héroe. Los personajes actúan de manera creíble durante toda la trama, algo esencial en una novela guiada por personajes como ésta. Es refrescante comprobar cómo Miranda y el resto de sus compañeros, todos trasladados al mundo paralelo desde el mundo real, dudan en todo momento de su papel de salvadores o de las pruebas que han de ir superando a lo largo de su viaje, no viéndoles un sentido lógico y tratándolas simplemente de irracionales –para una persona que vive en el mundo real–.

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Las mentiras de Locke Lamora, de Scott Lynch

Las mentiras de Locke Lamora

Las mentiras de Locke Lamora

Todos los que somos aficionados a esta cosa llamada género fantástico nos hemos encontrado con grandísimas historias, aunque las más de las veces no hayan recibido el reconocimiento del gran público salvo contadas excepciones como 1984 o Matadero cinco en ciencia ficción o El Señor de los Anillos en la fantasía. Por más que nos pese el tipo de novelas que leemos no son capaces de atraer a la masa lectora. Es cierto que en los últimos años parece que algunas obras de corte fantástico han atraído a gran cantidad de público –la saga de Harry Potter o las novelas de Laura Gallego dentro del panorama nacional– pero estas novelas, aunque evidentemente de fantasía, no se han ideado ni desde dentro del género ni para gente del género. Más bien están preparadas ex profeso, nos pongamos como nos pongamos, para otro tipo público, joven, que con el tiempo podría dar el salto hacia el género fantástico pero, generalmente, se conforma con lo que ya ha leído y lo abandona. En escasas ocasiones aparece una historia de género ideada dentro del género pensada para lectores de género y con la fuerza, el dinamismo y, por qué no decirlo, los “ingredientes” que podrían atraer a otro tipo de público,

En este mundo de la literatura fantástica es muy arriesgado atribuirse las cualidades de profeta y vaticinar un futuro a un libro que, como mucho, puede vender unos cuantos miles de copias. Pero en el caso de Las mentiras de Locke Lamora sería una auténtica pena, de verdad, que no diese el salto.

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