Hace unos meses recomendaba Verbum, la antología publicada en 2016 por Fata Libelli. Ese año apareció otro volumen de cuentos dedicado a la fantasía, la ciencia ficción y el terror escritos en castellano con un formato y relevancia equiparable: Cuentos desde el Otro Lado. Una antología seleccionada por Concepción Perea para Fábulas de Albión a modo de pequeño muestrario de escritores españoles contemporáneos. Sus páginas acogen docena y media de relatos de entre 10 y 20 páginas de extensión con una diversidad de voces adecuada para hacerse una idea del estado de estas temáticas y formato en España. En esa tarea de buscar elementos comunes en una iniciativa que se presenta como un catálogo de “Nueva Literatura Extraña”, me ha llamado la atención el perfil clásico de una mayoría de historias, en la forma y en el fondo, en muchos casos sostenidas sobre nociones conservadoras fieles a desarrollos muy arraigados y mínimos fogonazos de alguna inquietud en lo conceptual. Me reconozco incapaz de discernir las diferencias entre Cuentos desde el Otro Lado y la literatura que se publicaba hace más de una década en revistas y fanzines. Si exceptuamos el hecho de ver, por fin, más escritoras en la selección.
Por empezar por algún lugar, ese tono tradicional resulta innegable en “Menos 1890”, un thriller criminal en las calles del Gijón de finales del XIX. En su aproximación al registro de época que demanda un argumento dominado por elementos masones, Juan Ramón Biedma modera su discurso respecto al vigor y la frescura de sus novelas negras para, me temo, salir perdiendo en el cambalache. A “Menos 1890” le falta garra, en el fondo y en la forma. A su vez Luis Manuel Ruiz acentúa en “Ellos” el tono añejo de su discurso con un narrador obsesionado por unos maniquíes en los que cree ver deseos de suplantar a la humanidad. Contada en primera persona, la historia destaca por el ludismo subyacente, la consistencia de la voz narrativa y las dudas que se siembran sobre si realmente las cosas son como aparecen en el testimonio o estamos ante un producto de una mente perturbada. Siguiendo esta línea clásica, Ángel Luis Sucasas utiliza en “El retratista” a un pintor callejero para evocar sensaciones inherentes al acto de crear y los conflictos entre expectativas y resultado.
Esta tónica de narración apegada al manual, con las componentes imaginativas reducidas a una mínima expresión, parece el común divisor más evidente en esta “Nueva Literatura Extraña”, unida a la búsqueda de una cierta incomodidad. Alentar esa angustia que era el santo y seña de las cuatro convocatorias de Paura y aquí conecta los relatos ya comentados con “Antes que el cine”, de María Zaragoza, la onírica semblanza de una relación de pareja concluida en desengaño y que, en su transición hacia la fantasía oscura, abre paso a sentimientos primarios. O “Los mansos”, de Susana Vallejo, una delicada y un pelín desvaída añoranza en una Oporto ligeramente fantástica. O “El libro pequeñito”, de Sofía Rhei, el inquietante retrato de la pérdida de la inocencia a través de la relación entre una niña y una muñeca. O “Susurros en la página”, de Jordi Noguera, la búsqueda de las razones detrás del suicidio de la pareja del protagonista tras sumergirse en un delirante juego en la red. Estos dos últimos relatos sin embargo se topan con desenlaces apresurados respecto a su desarrollo, hasta el punto de conjurar parte de sus logros. La línea proyectiva del cuento de Noguera también se observa en “Cassandra 38”. En él Concepción Perea especula sobre un programa experimental de supuesta ayuda a las víctimas de violencia machista que pone de manifiesto sus vulnerabilidades y su angustia emocional, ignoradas por un entorno incapaz de ponerse en su piel. Su contenido es de los más subversivos de todo Cuentos desde el Otro Lado.
En este terreno prospectivo encuentran su espacio los viajes en el tiempo con “Ефремов- Стругацки”. Marc Pastor se traslada a otra Europa donde una dominante Nueva Unión Soviética introduce pequeñas correcciones en el hilo temporal. No obstante, a diferencia de la Eternidad Asimoviana, su organización se apoya en todo su potencial para la desinformación y la manipulación. Ciencia ficción a la antigua usanza, muy centrada en describir el escenario, desbrozar el funcionamiento del proceso y la corrección de las paradojas, “Ефремов- Стругацки” se sostiene casi en exclusiva sobre unos diálogos un tanto dilatados que, entre la cháchara y las conversaciones prolijas, dilapidan una porción de su negrura y el misterio. Mejor resuelto me ha parecido “El bazar de los deseos”, de Nerea Riesco, relato de tiendas mágicas y viajes en el tiempo con pequeña pirueta final que cierra el lazo causal sobre sí mismo con un estilo consecuente con su propuesta, más cercana al fantástico.
Reduciendo al mínimo el contenido prospectivo, Tamara Romero despliega en “La ballena varada de Kabelvåg” el duelo entre dos grafiteros enfrentados desde su anonimato por el afán de notoriedad. Eso les lleva a poner su obra en los lugares más insospechados, como un inmenso cetáceo varado en una playa. La contención en la retórica y la pulcritud de la prosa guían a “La ballena varada de Kabelvåg” hacia un desenlace sorpresivo alineado con el resto de la historia. Mientras, en “La piñata” Jimina Sabadú retrata una repulsiva celebración de cumpleaños. Las primeras páginas, breves escenas para caracterizar a sus repelentes protagonistas, son un tanto burdas pero ganan sentido cuando su elemento proyectivo queda al descubierto al desatarse una violencia desabrida. Incómoda y, sin embargo, muy apropiada para exacerbar una desigualdad económica y social creciente. Junto al cuento de Perea, es la pieza que mejor caracteriza la España contemporánea.
Sin duda el cuento que más hace por el recuerdo de Cuentos desde el Otro Lado es “La segunda muerte del padre”, de Cristina Jurado, premio Ignotus al mejor relato publicado en 2016. En él Jurado convierte el dolor y la incomprensión detrás de la pérdida de un ser querido en un oscuro e inexorable viaje al corazón de la tristeza y la depresión, caracterizado por una criatura pesadillesca que cataliza toda la pesadumbre y el abandono de esa situación. Merece la pena. Juan Cuadra también se acerca a estos sentimientos en “El reparador de almas”, pero lejos de focalizarse en un único momento extiende la pérdida a toda la vida adulta. Un pequeño matadero de relaciones afectivas que la protagonista va esquivando gracias a la mediación de la figura del reparador de almas.
Las tres piezas que no he mencionado todavía me parecen menos logradas y, creo, entran de lleno en el terreno de la fallido. Guillem López apenas acierta a poner de manifiesto lo estúpido de las guerras en “Nada que objetar”, poco inspirado en las imágenes extravagantes que enhebra, culminadas con un final gratuito e incoherente. Tampoco David B. Gil consigue que el argumento, los personajes, la atmósfera o las ideas detrás de “Manual para deshacerse de extrañas criaturas” escapen de lo anodino. Una falta de relieve compartida con “El fabricante de unicornios”, de Aranzazu Serrano, el relato literariamente más pobre de Cuentos desde el Otro Lado.
Antes de dejar de teclear, el cuerpo me pide volver sobre algo ya he apuntado: me resulta muy complicado aceptar el “Nueva Literatura Extraña” cuando una mayoría de las historias parten de ideas, formas y aproximaciones de curso común desde hace décadas. Un detalle donde no veo mayor problema, pero, según parece, supone un estigma mercadotécnico primo hermano de publicar una antología de relatos sin una base temática. Cuentos desde el Otro Lado, como lo fue Verbum, es una digna versión contemporánea de aquellos Artifexes Segunda y Tercera Época, con la distancia de centrarse en incluir el mayor número de nombres posibles (y, por lo tanto, apostar únicamente por el relato breve, sin espacio para extensiones más amplias). Un conjunto heterogéneo donde escritores nacidos entre finales de los 60 y la década de los 80 escriben fantasía, ciencia ficción y terror seleccionados por editores concretos. Lo dice todo del actual mercado editorial que una iniciativa así necesite disfrazarse de lo que no es para conseguir una atención que, aun así, apenas ha concitado.
Cuentos desde el Otro Lado (Fábulas de Albión, 2016)
Rústica. 272pp. 22 €
Ficha en La tercera fundación